Permanezcan unidos a mí, como yo lo estoy a ustedes. Ninguna rama puede producir fruto por sí misma, sin permanecer unida a la vid. Jn 15,4
La palabra “permanecer” viene del latín permanere (estar en un mismo sitio todo el tiempo), compuesto con el prefijo per – (Por completo, como en perplejo y perseverancia) y el verbo manere (quedarse).
Para todo ser humano, más en un mundo tan moderno como el que vivimos ahora, cuando nos dicen que debemos de estar en un mismo lugar toda la vida, realmente se nos hace difícil; solo el hecho de imaginarnos, estar con las mismas personas, el mismo entorno, las mis actividades, las mismas costumbres; podríamos llegar a la conclusión que normalmente a los seres humanos nos cuesta permanecer.
Hoy tú que lees esto, quisiera hacerte la siguiente pregunta: ¿En qué has logrado permanecer y en qué no has logrado permanecer?, puede ser que tú seas de las personas que diga, yo desde niña, no he podido permanecer en nada, fui a clases de piano, las deje, estuve en clases de cocina y abandone el curso, solo cerré pensum; pero ya no me gradué, tuve una relación amorosa y no pude soportar las dificultades; o bien eres de las personas que ha podido permanecer en la mayor cantidad de las cosas que se ha propuesto. Pero ahora bien ¿En qué estamos permaneciendo actualmente?, estamos permaneciendo en ídolos falsos como el dinero, relaciones tóxicas, vicios, sexo desenfrenado, vanidades, etc. Que solamente nos dan sequedad, y nos hacen producir frutos que nos dan tristeza, amargura, soledad, haciendo que nuestra vida no encuentre un verdadero sentido y no logramos lo más importante y lo que todos deseamos la felicidad.
Sin importar si has logrado o no permanecer en lo que te has propuesto a nivel personal, si actualmente estas permaneciendo en lugares o cosas equivocadas; hoy el Señor quiere invitarte a que permanezcas unida a Él, dice su palabra: Permanezcan, unidos a mí, como yo lo estoy a ustedes.
Ninguna rama puede producir fruto por sí misma, sin permanecer unida a la vid. (Jn 15,4). Es hermoso pensar que nosotros somos las ramas y el Señor es la Vid, y que los dos hacemos un solo equipo para producir frutos, Jesús al compararnos con las ramas, nos está diciendo que sabe de nuestra debilidad, de nuestra pequeñez, que por sí solas no podemos hacer nada, si tú separas la rama de la vid, por sí sola no puede dar fruto, estamos en un mundo en donde, la cultura del positivismo nos dice: Tú puedes, tú debes hacerlo, en ti esta la fuerza; y no quiere decir que este mal, lo que sí está mal es que nos están haciendo creer, que podemos producir buenos frutos por sí solas, pero realmente el Señor nos dice: Yo soy tu fuerza, Yo creo en ti, Yo soy tu ayudador… Cuando nosotras comprendemos esto y que sino permanecemos en Él, no podemos producir buenos frutos, vamos a querer estar ahí, en el manantial de agua fresca que nos da vida y vida en abundancia.
Cuando no reconocemos que debemos de depender únicamente de Dios, sobre todo en nuestra vida cristiana, nos cansamos, el ser obedientes a los preceptos de Dios, se nos hace imposible, y es ahí donde queremos desistir, tirar la toalla, salir corriendo, decimos, yo no puedo permanecer en Dios, es muy difícil, y sin duda alguna, porque como seres humanos tenemos limitaciones, y hay situaciones que sobrepasan nuestro entendimiento. Pero el triunfo de nuestra vida cristiana no está en no caer, sino en permanecer.
No debemos de confundirnos cuando el Señor nos dice permanezcan en mí, pensando en que para poder permanecer en Él, debemos de cumplir un sin número de reglas, sino permanecer en el Señor significa, tener una relación de amor con aquel que nos ama incondicionalmente, entregarnos completamente en sus manos, reconociendo que Él tiene el control de absolutamente todo, permanecer en Él, es vivir creyendo ciegamente en que no hay otra fuente, otro lugar, en donde podemos estar, más que en su amor. Por lo único que debemos de esforzarnos es por permanecer en la Vid verdadera, porque solamente así vamos a poder dar buenos frutos, y al dar buenos frutos seremos felices, porque hemos encontrado el tesoro más precioso y vivimos con Él, estamos con Él.
Debemos de resaltar que el permanecer en Dios, no es solamente cuando todo va bien en nuestras vidas, sino permanecer en las buenas y en las malas, en la salud y en la enfermedad, en la pobreza y en la riqueza, permanecer hasta que la muerte nos una más. He escuchado a muchas personas adultas decir, los jóvenes de hoy ya no aguantan nada, yo en mi tiempo, tenía que caminar kilómetros para llegar a mi trabajo, grandes castigos de mis padres, sino hacíamos bien las cosas, con mi esposa hemos pasado de todo para llegar a los 50 años que llevamos de casados, pero ahora todo lo quieren rápido y fácil y si no es así lo desechan o lo dejan.
Pareciera ser entonces que para lograr obtener la felicidad completa tenemos que “aguantar” muchas cosas. La respuesta es Sí; esto no quiere decir que Dios nos creó para sufrir o padecer, sino que en nuestra vida tendremos momentos difíciles que son parte de un plan y que nos ayudan a nuestro crecimiento personal y espiritual. La vida del cristiano no es fácil, pero al estar con Cristo, tenemos la garantía de la felicidad plena, porque desde aquí en la tierra empezamos a gozar el cielo prometido, el Señor en su palabra nos dice: Muchos estarán en peligro de ceder, se traicionarán y se odiarán mutuamente. Surgirán numerosos falsos profetas que engañarán a mucha gente; y por la maldad que crecerá constantemente se enfriará el amor de la mayoría. Pero el que persevere hasta el final, ése se salvara. (Mt 24,10-13). En otra parte de la Escritura nos dice: Que no te acobarden los padecimientos que te esperan; es verdad que el diablo va a meter en la cárcel a algunos de ustedes para ponerlos a prueba, pero el sufrimiento durará poco tiempo. Sé fiel hasta la muerte y yo te daré la corona de la vida. (Ap 2,10).
El Señor nos invita a permanecer será difícil, tendrás que hacer sacrificios, tomar decisiones, emprender nuevas cosas… pero si permaneces en Él, tendrás, fuerza, ánimo, valor, gozo, paz, estarás en su presencia, tendrás todo lo que necesitas para ser feliz. Lucha por permanecer y nunca, pero nunca te apartes de Él, ya que no hay nada más grande y hermoso que estar con Él.
Hna. Nataly Mejia