I Jesús es la luz del mundo y él nos dice: “El que me siga no caminará en la oscuridad sino que tendrá la luz de la vida”. (Jn 8, 12). Él ha venido para sacarnos de las tinieblas y pasarnos a su luz admirable ( I Pe 2, 9). Con su luz, podemos guiar nuestros pasos con seguridad por el camino de la paz. ( Lc. 1,79).
Si nuestra meditación llegara hasta aquí, podemos concluir que necesitamos buscar desesperadamente a Jesús, aferrarnos a él porque él es nuestra luz, nuestra seguridad, nuestra paz; mas nuestra meditación continua cuando él, siendo la luz nos dice: “Ustedes son la luz del mundo…y deben alumbrar a todos los que están en la casa. Brille su luz delante de los hombres, para que vean sus buenas obras y glorifiquen al Padre que está en el cielo.”(Mt.5, 14-16). Aquí está nuestra misión, nuestro compromiso, nuestra tarea: Iluminar con la luz de Cristo a los que están a nuestro lado.
Cuando hablemos, tratemos de aportar ideas, soluciones, no sólo señalemos los problemas o busquemos culpables. “Es mejor encender una vela, que maldecir la oscuridad.” En lugar de decirles a nuestros hijos que son desordenados; expliquémosles que el orden es tener un lugar para cada cosa y poner cada cosa en su lugar. Cuando hablemos de dinero, en lugar de decir que no nos alcanza, digamos que nuestras necesidades reales están cubiertas. “La gente feliz no es la que tiene todo lo que quiere; sino la que quiere y disfruta lo que tiene.” Lo que verdaderamente necesitamos para vivir es lo que hemos tenido hasta el día de hoy, sino ya estuviéramos muertos.
Ser luz es infundir seguridad, señalar caminos, aportar soluciones, acompañar a los que van a nuestro lado y animarlos a dar un paso más en el camino de la vida, venciendo las tinieblas, los temores y las dudas que nublan nuestro horizonte.
Cada día sale el sol, y con su luz disipa las tinieblas, calienta nuestros fríos, germina y hace crecer la vida. Eso es ser luz, eso es Jesús para nosotros y es lo que nos pide que seamos nosotros. Gracias Jesús por ser y ayudarnos a ser el calor, la seguridad, y la vida que es la luz que necesita la familia y el mundo. Amén.
Hermano Salvador Gómez El Salvador.
Oración Padre bueno, quiero darte gracias porque tu eres la luz, tu iluminas mi vidas con tu presencia, porque mis ojos te pueden ver, dame la gracias de seguir la luz de tu presencia, la luz de tu palabra, que aleja todo temor. Quiero pedirte Señor que tú seas quien me dé el aceite de tu Santo Espíritu para que mi lámpara nunca se apague y pueda alumbrar con la luz que viene de ti la vida de las personas que me rodean. Se tu luz que guía mis pasos, mi actuar y mi sentir; de manera que no sea yo motivo de escándalo, sino por el contrario, que convenza a los demás de que tu eres la luz. Ayúdame a comprender y ayudar a quienes estén en tinieblas y necesitan de tu luz. Te lo pedimos en el nombre poderos de Jesús con intercesión de María nuestra madre Amen.