El dualismo de duda – fe. Pareciera que nos pide una tercera vía, sin embargo, no hay una tercera vía, o se duda o se tiene fe.
A este dualismo le acompaña muchas frases populares o que se han hecho típicas para cuando se trata de este tema, por ejemplo “hasta no ver, no creer”, “piensas mal y acertarás”. Me parece que la decisiones son radicales, una fe que se afianza en la duda y una duda que se quiere afianzar en la fe, creo que, mejor hay que ponerse de acuerdo y ser sinceros con nosotros mismos, con Dios y con los demás.
La parte sombría de la vida, o de neblina, nos hace levantar muchas veces la duda, porque no podemos ver más allá de donde estamos parados, pero algunos se atreven a dar los pasos, de manera lenta pero segura.
Esta oscuridad es pasable en la medida que se vea al fondo una luz, que indica algo, que indica un “aquí estoy”, que indica vencerse a sí mismo, vencer quizás, muchos obstáculos.
Entonces podemos decir que la fe no se mide como en un termómetro. Como cuando uno escucha decir “tengo poca fe” o “quisiera tener más fe”; la fe se tiene o no, pero no se mide en grados.
Si la duda se presenta como una inseguridad, por las frustraciones con las que nos enfrentamos a diario: sea porque un político dice una cosa y está sucediendo todo lo contrario; porque el hombre ama a su mujer pero su mujer no lo siente igual porque algo pasa; cuando la Iglesia predica el amor al prójimo y cuando tocamos sus puertas el trato no es como lo merecemos, sobre todo cuando acudimos por ejemplo a la confesión… en fin, son muchos los ejemplos que podemos dar, todos con un indicador común “la falta de coherencia”, en otras palabras, cuando nos ponemos en camino vamos con duda.
Esta falta de coherencia entre lo que decimos y hacemos es lo que provoca la duda, por lo tanto “donde haya duda, ponga fe”, nos está invitando a dar un testimonio de nuestra vida donde coincida lo que decimos con lo que hacemos, lo que profesamos con lo que vivimos, lo que creemos con lo hacemos.
Entonces sí puedo hablar de “poner la fe”, la certeza de que aquello existe y así es, y entre más sencilla sea nuestra fe, más visible es Dios para los demás, la fe se torna acogedora de la verdad, vivencia de la honestidad, vivencia de la transparencia de vida, ser tal y como somos frente a Dios, de la misma manera que somos frente a los demás.
¿Has oído decir? “Yo si le tengo fe a ese doctor”, “yo si le tengo fe a ese medicamento”; o sea, le tenemos a aquello que coincide con lo que de hacer.
Por eso la fe nos lleva a Dios poniéndonos frente a él tal y como somos, ni menos ni más, sin ninguna duda de saber frente a quien estamos; pudiendo decir que estoy capacitado para que “donde haya duda, ponga fe.”
Fray Edwin Alvarado Segura (Fraile franciscano OFM) Oración Señor, yo creo en ti, creo que eres un Dios amoroso, que envió a su hijo único Jesucristo a morir por mi por el perdón de mis pecados, creo que Jesús es mi salvador, por eso te pido hoy que me ayudes en los momentos difíciles de mi vida, cuando los problemas, las preocupaciones y las dificultades quieren sembrar en mi corazón la duda, y llevarse mi fe, Ayúdame Señor, tu sabes que yo creo pero aumenta mi fe, gracias porque puedo acudir a ti, para clamar en medio de mis dudas, en medio de mi dolor. Permite que yo pueda llevar tu fe a los demás, sobretodo a los que están más angustiados y no encuentran salida. A ti Virgencita María, te pido que seas ese faro de luz que me conduzca a puerto seguro, a estar al lado de tu dulce hijo Jesús para acrecentar mi fe y confiar plenamente como tú lo hiciste. Te lo pedimos en el nombre de Jesús. Amén.