La reacción natural del todo cristiano ante una enfermedad, dolor, angustias o preocupaciones es acudir a Dios pidiendo que pare esa situación por medio de la Oración, al punto de gritar como lo hizo el discípulo Pedro cuando sintió que se hundía en el agua a pesar que Jesús lo había llamado a caminar sobre el agua para llegar a donde Él estaba (Mat 14,22 ). Los momentos difíciles o de prueba nos hacen pedir ayuda, gritamos auxilio, y pensamos que Dios se olvidado por un momento de nosotros y más aun cuando no llega una respuesta rápida para solucionar nuestra situación, que difícil resulta la espera, a diferencia de cuando estamos bien, el tiempo vuela.
Lo maravilloso es que somos mujeres de fe, sabemos a quién acudir con esperanza, en esos momentos de prueba, sabiendo que Dios ha prometido nunca abandonarnos. Lo que no sabemos es: ¿Cómo orar en los momentos de prueba?
Déjame compartirte que uno de los momentos más difíciles en mi vida fue: el no poder controlar mi cuerpo, la confusión de mis pensamientos, la impotencia de no poder valerme por mi misma a causa de un infarto cerebral en el lóbulo derecho que me llevo a la cama, sin entender cómo pudo sucederme, de un momento a otro, olvidando muchas cosas de mi pasado. A los dos meses me sucedió un segundo infarto en esta ocasión afecto el cerebelo, motivo por el cual perdí el equilibrio, no podía pararme, sentía mareos , vómitos . Viviendo sola, más sabiendo que el Señor estaba conmigo, pero en un silencio profundo, eso me dolía mucho; no lo entendía, extrañaba su voz. Todo esto me llevo a reflexionar a interiorizar y hable con Dios pidiéndole perdón por aquello que con o sin voluntad pude haber cometido y por no aceptar con paciencia lo prueba que estaba pasando.
Entre tantas personas maravillosas que me visitaban y oraban por mí hubo alguien muy especial que se acercó y me dijo: Este desierto yo lo viví y por experiencia te digo: – Ya no te desgastes pidiéndole a Dios, Él ya sabe lo que necesitas solamente alábalo y alábalo. Y otra cosa ahora es que necesitas una mamá, recuéstate en los brazos de María Santísima y deja que ella siga intercediendo por ti. Yo tome su consejo, entre en una mejor actitud de Oración y comencé a alabar a nuestro Dios por ser: El Único Señor, el Todo poderoso, Fiel, Omnipotente, el hacedor de toda la Creación, por su Poderío, su eterno amor, el único Sanador, el único que puede hacer milagros… En medio de mi prueba yo alababa a Dios,
También comencé a pedir a todas las personas que me visitaban que alabaran a Dios, que cantaran alabanzas y a quién sabía tocar guitarra le pedía que la tocara para seguir alabando al Señor. Amadas hermanas una vez más podemos ver que la Alabanza rompe cadenas Alaben, Alaben al Rey de la Gloria.
¿Sabes una cosa? Cuando hacia mi oración y lo Alababa diciendo lo que Él era, lo que él es y lo que él será, lo comprometí y realizo el Milagro en mi vida , todo paso . Volví a hablar correctamente, volví a recuperar mis movimientos, mi fuerza, me pude parar y caminar para la Gloria de Dios!
Así dice la escritura Azarías en medio de fuego al cual había sido sometido por el Rey Nabucodonosor por no querer adorar a sus dioses de pie en medio del fuego tomo la palabra y oro así: Bendito seas Señor Dios de nuestros Padres digno de alabanza, que tu nombre sea glorificado eternamente porque eres justo en todo lo que has hecho, todas tus obras son verdaderas, rectos todos tus caminos y verdaderos todos tus juicios (Dan. 3,26) .
Si continuas leyendo el pasaje bíblico te darás cuente que toda la oración es de alabanza al Señor en medio de la prueba, en medio del fuego “nunca fueron chamuscados” al contrario el Rey de ese tiempo ordeno que lo respetaran con su fe y sus creencias.
Amada Hermana en medio de tu prueba Alaba al Señor! Porque cuando tú alabas:
El enemigo saldrá huyendo
Te haces humilde, ante su grandeza, tú eres pequeñita, una necesitada de Él.
Te llenas de consuelo y te llenas de alegría.
Te hace olvidar el dolor y la soledad.
Te hace cantar y los demás se unen a ti.
Gracias por leer esta historia que ha sido real, sé que un día partiremos a su presencia más, mientras vivamos en este mundo no importando las circunstancias te recomiendo hacer tu oración de Alabanza junto a nuestra
Madre Santísima quien estará intercediendo ante su hijo Jesucristo por ti.No olvides en medio de la prueba: “El ya sabe lo que tú necesitas, dile a Él lo que tú crees que es Él”.
A ti sea toda la Gloria Señor por los siglos de los siglos. Amén.
Betty Fajardo.