La vida querida amiga, cobra sentido y razón de ser cuando se comprende como servicio, como donación de sí misma. La persona que por el contrario se cierra en sí misma, se atiende exagerada y petulantemente, va perdiendo brillo, encanto, pues no busca dar, sino solamente recibir; y esto surge de perder de vista que nuestra existencia se plenifica en la medida que otorga y da. Es como el ejemplo del agua, aquella que corre, como los ríos, da vida, siempre corre, se da; por el contrario el agua que se encierra, se estanca, huele mal genera insectos nocivos, se forman los pantanos ,etc. Que tu vida sea un constante donarse y generará vida, pero si te encierras morirás en vida.
Hoy estás invitada a ponerte en las manos de Dios y dejar que Él, genere un cambio en ti, de tal manera que te conviertas en su instrumento, en un canal, en una facilitadora de su acción creadora, redentora, sanadora y hacer solamente su voluntad.
Cambio es siempre un proceso, es un esfuerzo de cada día, porque mi vida no genere discordia, confrontación, sino paz, que toda mi existencia propicie esperanza, ilusión, ganas de vivir, entusiasmo a quienes me encuentren. También conversión es salir de la obscuridad del pecado, es caminar en la luz y la gracia de Dios; además es afirmar las manos vacilantes, los pies debilitados, para que estén apoyados siempre en nuestro buen Jesús.
La conversión es un proceso para dejar el pecado, la obscuridad, y hacer un proceso, un camino, para que alejánndonos de las tinieblas caminemos hacia la luz gratificante, profunda, mararavillosa y dulce de aquel que nos ama profundamente, y espera que seamos parte de los suyos, que nuestras vidas no se pierdan ni desvíen sino que sean plenas y verdaderas.
También la conversión es liberación, dejar de ser esclavo del pecado, de ataduras espirituales y experimentar la libertad de los hijos de Dios.
Vamos hermana mía, hija de Dios, experimenta lo bello de ser libre, de no estar atada, la vida nueva que en Cristo, Dios te ha preparado.
Padre Manuel Armando Abac Guatemala
Oración Señor hazme un instrumento de tu paz, que en la convivencia con mi familia, mis amigos, mi trabajo y en todo lugar, tu rostro se refleje en mí y pueda experimentar y fomentar la paz y la concordia. Ayúdame Señor en cuanto a mí dependa, a vivir en paz con todos. Que esa paz que viene de tí, la paz que sobrepasa todo entendimiento y que el mundo no nos puede dar, protega mi corazón y pensamientos por medio de Cristo Jesús. Ayúdame Señor a que mi alma sea noble, valiente y generosa y hacer vida la palabra para que a través de mis acciones te dé gloria Señor, te lo pido en el dulce nombre de tu hijo Jesús con la intercesión de nuestra madre la dulce Vírgen María.Amén.