Muchas de nosotras nos hemos preguntado ¿Para que vine a este mundo?, una pregunta que nos cuestiona, nos reta e inquieta. Creo que es una búsqueda de cada día, y cuando lo descubres, es como una bomba que estalla y entonces todo cobra sentido. En el proceso nos topamos con ideas, comentarios que van dañando nuestra misión, palabras como: -“No creo que sirvas para algo” -“yo que tu no guardaba muchas esperanzas” – “no creo que salgas adelante”; en fin, hoy quiero, a la luz de la Palabra, mostrarte la única verdad: ¡En tu vida hay un plan maravilloso que Dios tiene para ti!, una misión que tú tienes que cumplir, y que hoy descubriremos juntas en este hermoso versículo del Evangelio de San Juan.
“No me eligieron ustedes a mí, fui yo quien los elegí a ustedes”. Jn 15,16
¿Cuántas de nosotras hemos estado esperando que nos elijan, que nos tomen en cuenta?, desde pequeñas esperando ser elegidas por alguien y pensamos que nunca seremos elegidas. Y esto nos ha entristecido y desanimado. Hoy, la Palabra de Dios nos dice que ¡Él nos eligió! Escucha: ¡fuiste elegida!, escogida por el Rey de reyes y Señor de señores … ¡te ha elegido!, porque te ama; no porque tú lo hayas elegido a Él, no; ¡Él te eligió a ti! Él te amó primero. Es un acto de amor, de gracia y decisión; elegir siempre implica una decisión, una opción; y tú eres la opción de Dios.
¿Por qué te eligió? porque te conoce, sabe de qué eres capaz; te considera digna de ser llamada; ¡eres elegida! un hermoso privilegio. ¿Qué puedes hacer? quitar todas las mentiras que hasta el día de hoy dirigen tu vida y tomar la única Verdad que te dice que hay una misión para ti. Tienes un puesto que ocupar, hay un lugar que dice tu nombre. ¡Eres elegida!
“Y los he destinado para que vayan” Jn 15,16 “Destinado”, una misión en los planes de amor de Dios; que de Él, todo es perfecto, no hay equivocaciones, todo está estratégicamente organizado, planeado, desde que tu naciste, ya
Dios te había predestinado, con una hermosa misión que por supuesto en libertad debemos realizar, es el anhelo que está en nuestro corazón, que nos impulsa, que nos lleva; donde vibra tu corazón, lo que tú puedes aportar y debes aportar en esta obra maravillosa.
Diseñada para buenas cosas. Tienes todo un potencial en ti que Dios te ha dado para beneficio de todos, para la dar Gloria a Dios. Siempre la misión, propósito, como tú quieras llamarle dará sentido a tu vida, porque estás destinada para algo maravilloso: dar fruto. La pregunta que hoy quiero hacerte sería ¿Sabes tú que tienes una misión? ¿Reconoces lo importante que eres? ¿Estás haciendo algo? Creo que hoy será un buen momento para detenerte y contestar estas preguntas.
“Para que vayan y den fruto abundante y duradero.” Jn 15,16 Hermosos los pasos de la forma en que Jesús nos enseña: primero “fuiste elegida”; segundo “tienes una misión” y tercero “que vayas con Él”. Este el momento de la acción, de llevar la Palabra a la práctica, no basta solo con saberlo, y se vuelva solo un pensamiento más en nuestra mente, esta palabra “Vayan” implica una orden, una acción; es Jesús quien te dice: – “Deja las escusas, rompe con los miedos, vence los obstáculos porque yo te he prometido que estaré contigo, todos los días hasta el fin del mundo”. Mt 28, 20.
¡Toma la decisión! avanza no te quedes viendo cómo los demás realizan su llamado; no te pierdas de la alegría de Ser, solo ve en el nombre de Jesús.
Sabes, la gente le dice a uno ¿para qué?, ¡No te canses!, ¡no vale la pena!, ¡no te involucres!, etc.… Pero al final del día, ellos ven su día perdido, y se sienten cada vez más amargados, y frustrados, ¿por qué? Porque no quisieron asumir una responsabilidad. Tú, hoy, toma valor; ve, ¡responde al llamado de Jesús!, y cada cosa que realices, entrégasela a Dios, para gloria y honra de su Santo nombre.
“Y den fruto”. Jn 15,16 Dar, palabra hermosa, nos dice la Palabra que siempre habrá más alegría en dar que en recibir. Hch 20,35 Pero caemos en el error de creer que al dar se acaba; nadie merece, el famoso ¿para qué? …
El fruto que no se comparte, se pudre, Y en realidad es todo lo contrario; piensa en el privilegio que hay en el estar del lado del que puede dar; ¿lo puedes imaginar? …estar del lado de dar es: ayudar. Siempre será mejor estar del lado del que da, que del lado del que lo necesita. Y ¿sabes? el que da siempre tiene. Por ello, es bueno dar. ¡Siempre trata! lucha por dar.
“Abundante y duradero.” Jn 15,16 Dos palabras interesantes, “abundante”, que rebosa; más de lo que se espera. Generoso, bastante, palabras que vienen a mi mente al pensar en abundancia. Es la forma que Jesús quiere que demos; no un poco… eso es lo que puedo… unas horas… un rato… unos días… te das cuenta como choca con lo que el mundo nos dice: “ama pero no tanto”… “perdona… pero no siempre”…” ayuda… pero no tanto”. Nos privamos de tanto, nos privamos de vivir. Y pensar que Jesús alabó a la viuda que dio, todo… Lc 21,22. Jesús hoy nos dice “abundante”, de tal manera que descubramos que la alegría estará en la medida en que nosotros demos.
“Duradero”: No se acaba, permanece; siempre hay. Son las palabras que se vienen a mi mente. Ese es el tipo de fruto que Dios nos pide, que cuando alguien se acerque a nosotras pueda notar que los frutos están allí; son parte de nuestra esencia, no tiene fecha de caducidad. Como cuando le dicen: – “voy a amarte mientras estés joven”, – “mientras tengas algo para dar” … pero Jesús dice: – “ama siempre”. “El amor no se acaba, no se agota, permanece para siempre”. 1 Cor 13. Ese es el fruto que debemos dar: “abundante y duradero” ¡nunca lo olvides!
Termina el versículo con una promesa hermosa, para todas las que aceptemos el llamado, el compromiso y la misión: “Así que el Padre les dará todo lo que pidan en mi nombre”. Jn 15,16 Todo lo que pidas al Padre te lo dará… “Todo”.
Querida amiga: a ti no te eligió un humano, ni mucho menos estás ahí porque tu querías estarlo, sino que fue Dios mismo quien te eligió para que vayas y des fruto abundante y duradero, ¡ADELANTE!, levántate en el
Nombre de Jesús y cumple tu Misión, No temas, porque Él está contigo.
Hna. Nancy de Cabrera.