Yo te amo, Señor, mi fuerza. El Señor es mi roca, mi defensa y el que me libra; mi Dios, la peña en que me refugio y mi escudo,mi fuerza salvadora y mi fortaleza.
Invoco al Señor, digno de alabanza y Él me salva de mis enemigos. Los lazos de la muerte me envolvían, me asustaban torrentes destructores; los lazos del abismo me apresaban, la muerte me tenía entre sus redes.
En mi angustia clamé al Señor, grité a mi Dios pidiendo auxilio. El escuchó mi voz desde su templo, mi grito llegó hasta sus oídos. (7)
Alargó la mano desde lo alto y me tomó, (17) me saco de entre las aguas caudalosas. Me libró de un potente adversario, de enemigos más fuertes que yo. El día de mi desgracia me asaltaron, pero el Señor fue mi apoyo. Me liberó, me dio respiro, me salvó, porque me ama.