1. Toda escritura ha sido inspirada por Dios, y es útil para enseñar, para persuadir, para corregir, para educar en la rectitud. 2 Tim 3,16
2. No sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Mt 4,4
3. La ley del Señor es perfecta: da consuelo al hombre; el mandato del Señor es verdadero: da sabiduría al ignorante. Sal 19,8
4. Y sabemos que cuanto fue escrito en el pasado, lo fue para enseñanza nuestra, a fin de que, a través de la perseverancia y el consuelo que proporcionan las Escrituras, tengamos esperanza. Rom 15,4
5. Porque la palabra de Dios es viva, eficaz y más cortante que una espada de dos filos: penetra hasta la división del alma y del espíritu, hasta lo más profundo del ser y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón. Heb 4,12
6. Ten siempre en tus labios las enseñanzas del libro de la ley; medítalo día y noche para cumplir exactamente todo lo que está escrito en él. Así prosperarás en todas tus empresas y tendrás éxito. Jos 1,8
7. Si escuchan estos preceptos, los observan y los ponen en práctica, el Señor tu Dios mantendrá contigo la alianza y será fiel al juramento que hizo a tus antepasados. Det 7,12
8. Como niños recién nacidos, anhelen la leche pura del Espíritu, para que, alimentados con ella, crezcan hasta recibir la salvación. 1 Ped 2,2
9. Pero la palabra del Señor permanece para siempre. 1 Ped 1,25
10. Enséñame la senda de tus decretos, y meditaré en tus maravillas. Sal 119,27.
11. Recibe la enseñanza de su boca, conserva sus palabras en tu corazón. Job 22,22 12. Escúchame, guarda silencio yo te enseñaré sabiduría. Job 33,33.
13. Así, pues, deseen mis palabras, búsquenlas y serán instruidos. Sab 6,11
14. Por tanto, déjense instruir por mis palabras, y sacarán provecho de ellas. Sab 6,25
15. Me enseñarás la senda de la vida, me llenarás de alegría en tu presencia, de felicidad eterna a tu derecha. Sal 16,11
16. Me enseñaste los caminos de la vida, y me saciarás de alegría en tu presencia. Hch 2,28